Febraro 1999
Reprint from - People en Español New York, NY

La vocación de volar en su propio cielo

  La presentadora Giselle Fernandez deja Access Hollywood despues de dos años y le abre nuevas vías de acceso a su carrera.

  Como reportera de la cadena CBS durante una conferencia de prensa en La Habana, en 1994, Giselle Fernandez no quiso ser una más en la turba de periodistas que vociferaban preguntas a Fidel Castro. Así que cuando el polémico presidente cubano se retiró, Fernandez le dijo a su camarógrafo: "Sígueme, todavía no he terminado esta entrevista". Lo que pasó después hizo historia: la hermosa trigueña acorraló a Castro y le arrancó la primera entrevista para la televisión norteamericana que diera en varios años. "Fidel fue el golpe de suerte de mi carrera", dice Fernandez. "Verdaderamente sentí que fue una prueba de mi perseverancia".

  De hecho, esa determinación fue la que ayudó a Fernandez a obtener cinco premios Emmy y ser una de las presentadoras más reconocidas en Estados Unidos. Y aunque en sus comienzos informó sobre algunas de las principales historias de la década, Fernandez, de 37 años, ha pasado los últimos dos cubriendo el lado más divertido de la vida. Como coanfitriona de Access Hollywood, el programa de NBC con noticias del espectáculo, frecuentemente sacaba a relucir las intimidades de luminarias como Harrison Ford, Tom Cruise y Barbra Streisand. En el camino, también se convirtió en una celebridad. El año pasado fue coanimadora del Latino Laugh Festival en San Antonio, Texas, con Cheech Marín; y apareció en un anuncio en la revista Vogue como una de "las mujeres que no se deben perder de vista".

  Ahora, la carrera de Fernandez toma un nuevo giro tras abandonar Access, lo cual ha dejado boquiabiertos a muchos expertos en la industria de la televisión. "La gente dice: '¿Por qué vas a dejar un trabajo tan bueno?'", dice Fernandez, sentada en la sala de su villa en el litoral de Santa Bárbara. "El sueldo es excelente y es divertido. Pero todavía soy joven y quiero hacer otras cosas". Aunque no revela exactamente qué son esas cosas, Fernandez dice que le gustaría desarrollar programas para los mercados hispano y anglosajón, así como continuar coproduciendo Café Olé, su espacio de entrevistas por Sí TV.

  Fernandez heredó su vocación de sus padres, José, bailador de flamenco ya fallecido, y Madeleine, una norteamericana que canta rancheras. A mediado de los 60 la pareja salió de México con Fernandez y su hermano mayor, Pepe, hacia Los Angeles. La familia tuvo que luchar para salir adelante. "Mi madre cantaba en restaurantes por la noche y mi papá bailaba en casi todos los clubes del pueblo", dijo Fernandez, quien después de clases trabajaba de mesera en un restaurante japonés. Aun después de haberse graduado de California State University en Sacramento, todavía pasaba apuros de dinero. El traje sastre que vistió en el vídeo presentado para conseguir su primer empleo en la televisión, lo tuvo que pedir prestado en una tienda de departamentos.

  Valió la pena. Desde que comenzó como reportera de KRDO, en Pueblo, Colorado, su ascenso ha sido meteórico. Pero no sin contratiempos. En 1988, siendo reportera de televisión de WBBM, en Chicago, fue criticada por entrevistar a un reconocido narcotraficante durante un paseo en bote que muchos calificaron de romántico. Fernandez había coordinado con las autoridades para que el traficante se entregara después de la entrevista. Todavía ella insiste en que no hizo nada incorrecto. "Debieron haberme dado montones de premios por eso", dice. Jim Avila, un reportero de la cadena NBC que entonces se sentaba junto a Fernandez en la sala de redacción en Chicago, dijo que "alguna gente la amaba y otra no".

  Tal vez el más ferviente de esos adoradores fue Ron Kershaw, el director de noticias de WBBM, con quien Fernandez estuvo comprometida (Kershaw inspiró la película Up Close and Personal, protagonizada por Robert Redford). Involucrarse sentimentalmente con su jefe no le ganó popularidad a Fernandez, a quien acusaron de haber obtenido puestos a fuerza de coquetear. ("No importa lo mucho que una se esfuerce, la gente siempre te calumnia".) Sin embargo, la relación prosperó por un año hasta que Kershaw murió de cáncer del páncreas en 1988, con Fernandez a su lado. "Fue traumático", dice. "Él fue el amor de mi vida". Un año después se fue de Chicago para trabajar como reportera de WCIX en Miami. A los dos años, las ofertas de las principales cadenas noticiosas le llovían.

  Hoy, su vida es menos polémica y mucho más relajada. Fernandez pasa los fines de semana con su novio, Don Dahler, corresponsal de la cadena CNBC, de 38 años, y sus tres perros pastores escoceses, Skye Dog, Prestor John y Nellie Blye. Finalmente ocupa un lugar en una constelación de estrellas a la que antes sólo podía acercarse como reportera. Pero todavía se está acostumbrando a la fama. "Cuando la gente piensa en mí como una celebridad, me río", confiesa. "Porque yo soy simplemente una niñita que proviene de una familia bastante común y corriente y que ha tenido mucha suerte".

de BETTY CORTINA

LESLIE BERESTEIN en Santa Bárbara
GRANT PICK en Chicago y
CARLOS HARRISON en Miami

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